En un mercado competitivo, en el que el consumidor se ha transformado en un actor relevante y participativo, inquieto y demandante, la trazabilidad no puede quedarse atrás. Siendo así, HarvestMark recoge el desafío y pone a disposición de la industria y todos sus involucrados, la tecnología del código QR, un recurso de particular relevancia en estos tiempos. A priori puede sonar abstracto, pero en lo concreto este elemento puede llegar a transformarse en un gran aliado, una herramienta que puede impactar positivamente, desde el campo hasta el consumidor final en la tranquilidad de su casa.

Hablamos, específicamente, de una herramienta que transparenta la información del producto, de tal manera que su alcance puede llegar a ser ampliamente ventajoso en distintos ámbitos. Solo por mencionar algunos, este código puede operar ventajosamente en cuatro áreas. A saber:

Salud pública: Cuando una industria entiende la responsabilidad social de transparentar claramente aspectos fundamentales del proceso de elaboración específico de un producto, como por ejemplo de dónde provienen sus componentes y la interacción que estos han tenido antes de llegar a la mesa del consumidor, de manera evidente está poniendo en alerta a quienes se involucran con él, dejando a su disposición información suficiente para tomar la decisión de compra y su posterior consumo. La industria de la salud, por su parte, queda en posesión de una especie de hoja de vida del producto, lo que le permite adoptar medidas para un óptimo control de enfermedades y nefastas consecuencias para la población. Justamente, porque el código QR logra generar un sistema de alerta respecto de variables que pudieran resultar, eventualmente, dañinas, para el consumidor final. En efecto, La demanda de trazabilidad en la agricultura se ha incrementado considerablemente en los últimos años, justamente por el aumento de riesgos relacionados la seguridad alimentaria, particularmente por casos de contaminación con listeria, Escherichia coli y Salmonella que, año a año se conocen en la industria frutícola. Resulta evidente que trazabilidad es clave, pero también lo es ser oportuno. En 2011, por ejemplo, pepinos españoles comercializados en Alemania, provocaron la muerte de dos personas. En 2015, la investigación judicial determinó que estos provenían de Marruecos.

Medio Ambiente: Actualmente se busca consolidar medidas medioambientales orientadas a disminuir la huella de carbono, una demanda que, en HarvestMark, han recogido responsablemente para visibilizarla, exhibiéndola como parte de la trazabilidad de un producto. Transparentar cómo se produce, demostrar que una empresa es responsable social y medioambientalmente, va tener un efecto directo en la creación de una marca y en la diferenciación de ella. Una situación análoga ocurre cuando se informa la huella hídrica, que puede considerarse un indicador integral de la apropiación de los recursos de agua dulce, dado que se utiliza para medir su volumen total en la producción de bienes y servicios de una empresa, o de los consumidos por un individuo o comunidad específica.

Beneficios para el consumidor: Los réditos que el comprador puede obtener a través del código QR son tan diversos como significativos. Hablamos de que, a través de esta herramienta, es posible conocer con exactitud la información nutricional de un producto, además de su origen e, incluso si cadena de elaboración involucró a niños trabajando en él. Con este software, el consumidor es capaz de diferenciar las áreas productivas. Conoce cómo se comportan los productos del mismo tipo producidos en distintas regiones de Chile, a lo que se adiciona que el código QR puede mostrar si se trata de un producto orgánico, un dato relevante considerando que la experiencia demuestra la preferencia evidente por la adquisición de frutas y verduras que provean de anexos, reseñas de cultivo, recetas y tablas nutricionales.

Marketing directo: Otra de las ventajas que consolidan a este recurso como una herramienta de gran utilidad, tiene que ver con la cuantía de información del producto que se proporciona través de este código QR (incluido en su etiquetado). No sólo logra la obtención de relevantes datos de los consumidores para el posterior análisis y toma de decisiones de los productores, sino que le permite, al consumidor final, acceder a una detallada información acerca de su compra. Por su parte, el exportador, a través de un portal privado con información en línea, puede conocer la georreferenciación de sus productos. Si llegan a un puerto chino, por ejemplo, y se terminan comercializando en India. Paralelamente, a través de un sistema de interacción con el consumidor final, puede saber qué piensan sus clientes, los que tienen la posibilidad de entregar su opinión al respecto mediante una página de respuesta elaborada especialmente para los teléfonos inteligentes.

Juan Pablo Avendaño