
Política Integral
La posible recesión que se avecina no puede dejar de preocupar a los productores de nuestro país. Esta puede ser una gran oportunidad debido a que probablemente en un escenario de adversidad a veces aparecen las oportunidades.
Algunos especialistas hablan de que el centro de gravedad económico dejará de ser Estados Unidos y estaría trasladándose a Asia. Un premio Nóbel de economía señalaba que tanto EEUU como la UE estaban compitiendo sobre quien lo estaba haciendo más mal y otro economista indicaba que el Euro está al borde del precipicio.
Pues bien, algo de cierto hay en todo eso. La percepción pública es tan pesimista sobre el manejo de la economía, que a eso se debe en gran medida la ola de protestas que hemos visto recientemente en varias ciudades del mundo.
Hace algunos años en Berlín, coincidí con la ceremonia de ingreso de varios países a la Unión Europea. Algunos de ellos, geográficamente, son más pequeños que varias de nuestras regiones y muchos comentaristas -off de record-, comentaban la precaria economía que habían manifestado estos novatos países siempre y ahora se unían a los más poderosos del planeta. El tiempo ha ido demostrando que varios de esos comentarios tenían algo de razón.
Acá en Chile siempre nos hemos caracterizado en ser como esas familias numerosas donde se discute bastante y donde se tiene mucha esperanza en avanzar y estar cada vez mejor. Quizá seamos así porque somos una especie de isla, donde la muralla a la que se asemeja la cordillera no nos deja ver más allá y, por otro lado, el océano pacífico nos da la sensación de estar mucho màs lejos aún del resto del mundo.
Nuestra agricultura tiene mucho de iniciativa propia y también de soledad. Pocas son las entidades que realmente le han dado un espaldarazo como corresponde. Hoy con tanta volatilidad en los precios de los commodities, con un tipo de cambio que tiende a la baja y una tasa máxima referencial en el financiamiento crediticio que raya en la usura poco pueden hacer los productores, se echa de menos una política integral.
Creo que, si los legisladores pronto van a modificar la famosa tasa crediticia referencial –por no decir perniciosa– para hacer un programa financiero más eficiente y que hiciera algo de justicia con los productores agropecuarios, los legisladores deberían hacerlo retroactivo, es decir por lo menos desde los días en que comenzó la debacle del tipo de cambio y donde la autoridad vigente bastante responsabilidad tuvo.
Así, la banca estaría obligada a devolver los intereses pagados en exceso a modo de compensar a los empresarios que durante años están financiando mano de obra, invierten, mueven regiones completas y generan riqueza en zonas donde la agricultura es la fuente mayor de ingreso económico.
Jorge Neira, Economista Agrario.
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