La viticultura utiliza el 41% de los fungicidas empleados en la agricultura europea, a pesar de ocupar solo el 2% de la superficie cultivada en Europa.
La viticultura global enfrenta amenazas constantes. Por ejemplo, el mildiu de la vid es una grave enfermedad causada por el hongo Plasmopara viticola conocido por causar daños devastadores cuando las condiciones climáticas son favorables, y hasta ahora, el único método de control ha sido el uso de pesticidas.
Gracias a la biotecnología, un equipo de científicos italianos ha desarrollado una uva Chardonnay editada genéticamente capaz de resistir el mildiu de la vid, eliminando la necesidad de pesticidas. Este proyecto pionero, liderado por la spin-off académica EdiVite, utiliza la tecnología CRISPR para realizar modificaciones precisas en el genoma. En este caso, se editó el gen DMR6 para mejorar la producción de ácido salicílico, una molécula clave en las defensas inmunológicas de la planta, permitiéndole combatir el mildiu de manera más eficaz sin la introducción de ADN proveniente de otros organismos. Esto posiciona a estas vides en una categoría exenta de las restricciones aplicables a los organismos modificados genéticamente (OGM) en Europa, según las nuevas revisiones regulatorias en discusión.
Según el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, “La biotecnología nos ofrece nuevas herramientas para seguir innovando, y la obtención de vides resistentes al mildiu es un avance significativo que no solo mejora la sostenibilidad, sino que también garantiza que los vinos mantengan su calidad disminuyendo la cantidad de insumos necesarios para su producción. Estas innovaciones son muy importantes para países como Chile que cuenta con una vasta tradición vitivinícola, y es el cuarto exportador mundial de vinos embotellados”.
El ensayo de campo ha comenzado en una parcela de 250 metros cuadrados en la Universidad de Verona, y se ampliará a otra zona en Padua. Se espera que en 2025 se obtengan los primeros datos sobre la resistencia al mildiu y que para 2026 comiencen las primeras producciones de vino a partir de estas vides editadas.
La viticultura utiliza el 41% de los fungicidas empleados en la agricultura europea, a pesar de ocupar solo el 2% de la superficie cultivada en Europa. Es por eso que la investigación italiana sobre vides editadas está empezando a ser vista con buenos ojos por los productores de vino más visionarios, las principales asociaciones de agricultores y algunos políticos.
El futuro del vino se vislumbra prometedor con estas innovaciones, que podrían marcar el comienzo de una nueva era en la producción de vinos más amigables con el medio ambiente y resistentes a plagas.
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