La zona sur está en plena cosecha de fruta de exportación. Primero cerezas y arándanos, luego será el turno de las manzanas y, finalmente, el avellano europeo. La región de La Araucanía ya tiene la tarea bastante avanzada; sin embargo, la escasez de cosecheros como consecuencia de la pandemia fue una de las principales preocupaciones al principio de la temporada que partió en diciembre de 2020.
En el caso de esta región, la situación está más controlada, pero no ocurre lo mismo más al sur donde los gremios agrícolas ya han manifestado sus reparos. Germán Gómez, director ejecutivo de la Sociedad Agrícola y Ganadera de la región de Los Ríos, Saval FG, explica que ha sido un periodo con dificultades para el sector por la disminución de temporeros, especialmente para los arándanos, frutal que cuenta con la superficie más significativa (1.615 ha)
“Esta baja tiene como causa principal la limitación exigida por la pandemia. Las restricciones de las cuarentenas en el desplazamiento de los jornaleros a delimitado la disponibilidad de gente”, precisa.
“Existe dificultad e incluso se ha optado la difusión en medios de comunicación ofreciendo espacios de trabajo. Además, se ha estado en una constante mejora de las condiciones laborales y otros beneficios, pensando en motivar a que las personas estén lo más cómodas posible. Obviamente, esto incluye la preocupación de implementar todos los resguardos y medidas de bioseguridad y de prevención contra el Covid-19. Según información de la región, una gran mayoría de huertos está trabajando con un 30% a 50% menos de personas”, sostiene Gómez.
En cuanto al perfil de los cosecheros, el director ejecutivo de Saval, precisa que la gran mayoría son mujeres. “En un 60% de ellos, son mujeres dueñas de casa, que aprovechan la temporada para mejorar sus ingresos, un 20% aproximadamente son estudiantes y el resto son adultos mayores”.
En la región de Los Lagos la situación también es compleja. Christian Arntz, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, Sago, advierte que una de las razones detrás de esta escasez de cosecheros es la desinformación vinculada a la entrega de beneficios sociales a raíz de la crisis sanitaria.
“Estamos en plena época de cosecha de los frutales más relevantes de nuestra zona y se han visto dificultades para conseguir cosecheros. Los productores siguen teniendo problemas que están asociados a la pandemia. La gente cuenta con los beneficios sociales para poder sortear esta crisis, pero hay una indefinición en este tema. Nosotros estamos pidiendo a las autoridades que el mensaje sea más claro, porque la gente dice: yo no voy a ir a trabajar, porque voy a perder mis beneficios”.
Arntz recalca que se debe dar información clara al respecto, ya que aún resta todo febrero para terminar la temporada frutícola.
“Hacemos un llamado al Gobierno, a la Seremía del Trabajo particularmente, para que haya una definición clara al respecto, porque a la gente le queda la idea, de que por trabajar un mes o un mes y medio puede perder sus beneficios. Esta situación los desmotiva, pese a que se están pagando buenos precios por la cosecha. Ellos no quieren perder sus bonos sociales. A nosotros esto nos genera un problema y a ellos también, porque los priva de tener mayores ingresos para sortear de mejor manera la pandemia que seguirá causando problemas este 2021″, enfatiza el dirigente gremial.
EXPERIENCIA EN ARAUCANÍA
En septiembre de 2020 en la región de La Araucanía se comenzó a planificar la cosecha temporada 20/21. Para ello la Seremi del Trabajo y Prevención Social encabezó una mesa técnica que reunió a los representantes zonales de las mutualidades y organizaciones gremiales vinculadas al rubro agrícola. De allí nació un trabajo de coordinación intersectorial para la formulación de protocolos de higiene y seguridad enfocado en la prevención del virus en los espacios laborales.
“De todo este trabajo surgió un protocolo de Cosecha Covid-19 para La Araucanía e incluso vino el subsecretario del Trabajo. En noviembre se finalizó con la entrega de un documento y eso sirvió para que muchas empresas no tuvieramos problemas con la Dirección del Trabajo y el Servicio de Salud por el tema de sanciones o fiscalizaciones. Hoy muchas de esas empresas tienen este documento expuesto en sus instalaciones”, explica Carlos Inostroza, presidente de Araucanía Frutícola.
Inostroza precisa que se consideraron varios detalles, entre ellos el tema del transporte y de cómo iban a ingresar los cosecheros a los cuarteles. “Hubo un trabajo de cuatro meses y todo eso se está aplicando en la región, por lo que nuestra fruta se está cosechando, se está exportando y se está enviando a los mercados de destino tanto al nacional como al internacional sin mayores problemas”, recalca el dirigente.
Este sector es de vital importancia para la región. Los resultados del catastro frutícola a nivel regional, indican que la superficie al año 2019 alcanzaba las 14.440 hectáreas. Además alrededor de 14 mil personas se requiere para cosechar el total de plantaciones que están en producción en La Araucanía.
“Este sector es una importante fuente de empleos y de alimentos saludables para Chile y el mundo, por eso debe seguir moviéndose. Hasta ahora no hemos tenido mayores problemas en la participación de los cosecheros. Lo importante aquí es que los trabajadores han entendido la dinámica de esta nueva realidad, de cómo ingresar a los huertos y de las medidas de cuidado que hay que tener. Las empresas también han incurrido en costos en beneficio de los trabajadores”, recalca Carlos Inostroza.
Este es el caso de la Agrícola Arroyo Grande, en el Fundo Santa Ana, empresa que comenzó la temporada de cosecha el 21 de diciembre pasado. Su huerto, más de 500 hectárea ubicadas en la comuna de Victoria, requiere un alto número de cosecheros.
Publicaciones en Facebook, promoción en radio fueron algunas de las estrategias utilizadas para atraer trabajadores, algunos reticentes a participar por miedo a contraer el virus.
“En un comienzo costó reclutar cosecheros. Esta temporada fue mucho más compleja. El temor a contagiarse y la aprobación del 10% de las AFP, más los bonos entregados por el Gobierno en diciembre desmotivaron la participación de trabajadores en un principio. Tuvimos que extender nuestro radio de búsqueda y ampliarnos a toda La Araucanía e incluso otras regiones. Pero ahora estamos bien, estamos contentos porque este proceso se está desarrollando sin complicaciones”, sostiene Carolina Bello Flores, encargada de Reclutamiento.
“Las personas tenían temor de exponerse al virus. Más que estar en el campo, temían al traslado. Tuvimos que recurrir a otras comunas, porque la gente de los alrededores no venía. Ahora tenemos cosecheros de toda la Provincia de Malleco, de algunas comunas de Cautín y de la región del Bío Bío como Los Ángeles y Negrete”, cuenta Bello, quien agrega que ya han superado esa compleja etapa.
“Ya tenemos harta gente, la fruta está controlada y la cosecha se está desarrollando de buena manera y bajo todas las medidas de seguridad para prevenir el Covid-19.Proyectamos terminar la cosecha a fines de enero”, precisa.
Agrícola Arroyo Grande esta temporada cuenta con buses de acercamiento desde varios puntos de la región y un pago atractivo para los interesados en participar de la cosecha.
“Es difícil calcular cuánto gana cada trabajador al día, porque el rendimiento de cada uno varía, pero podríamos decir que en promedio cosechan 50 kilos diarios e incluso hemos tenido trabajadores que han llegado a los 140 kilos. Son muy concentrados y ven en esta labor una muy buena oportunidad de trabajo”, concluye.
Y LAS CEREZAS
En la cosecha de cereza también se detectó una disminución de los cosecheros disponibles; sin embargo, por tratarse de una labor más intensiva y mejor pagada, esto se resolvió más rápidamente.
Andreas Köbrich, secretario general de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco, Sofo, precisa que en general la mano de obra está restringida en la zona.
“No toda la gente salió a la cosecha como ocurrió en los años anteriores y eso se observa mayormente en los huertos de arándano. El que se necesite más gente para esta labor es una de las razones”, asevera Köbrich.
El secretario ejecutivo de la Sofo explica que la cosecha de cerezas, se hace principalmente arriba de una escalera y tiene otras complicaciones específicas de este frutal, por lo que en estas labores participan trabajadores que se dedican exclusivamente a este cultivo “tienen experiencia”, dice; además es más atractiva desde el punto de vista de las remuneraciones.
“Las remuneraciones a las que puede alcanzar un cosechero de cereza son mayores. Normalmente en la cosecha hay una fracción fija y otra variable que depende de lo que cada cosechero haga. Hay personas que se dedican más abiertamente a esta cosecha. Se trata de grupos que se dedican exclusivamente a esta tarea y hacen varias cosechas en la temporada. La cosecha de un huerto va a depender de la superficie, pero no duran más allá de 15 días, no así con el arándano donde el periodo de cosecha es más extenso. Los cosecheros de cereza se van trasladando de norte a sur y las remuneraciones muchas veces dobla a la de los arándanos”, dice Köbrich.
Francisco Medina, dueño de la Agrícola Los Tatas, predio ubicado en el sector de Tijeral, comuna de Renaico ya terminó la cosecha. Esta es la cuarta temporada que su fruta, de alta calidad, se va a exportación con destino a China.
Seis días de trabajo intenso, 150 personas más el equipo de planta, fueron suficiente para cosechar 108.000 kilos de cerezas de su huerto. Si bien la recolección de fruta no enfrentó mayores problemas y se realizó dentro del tiempo esperado, este emprendedor constató un menor interés por participar esta temporada.
“Por el pago del 10% de la AFP hubo menos gente interesada en cosechar en la zona. En nuestro caso la cereza ya se retiró del huerto y partió a destino el sábado pasado (9 de febrero) con el objetivo de estar disponible para el Año Nuevo Chino”, asevera este productor, quien destacó el perfil de los cosecheros.
“Se trata de personas que vienen trabajando desde octubre en este tipo de huertos, con una importante experiencia. Una persona está sacando en promedio 350 kilos diarios e interesantes pagos. En algunos casos llegan a los $130 mil diarios”, dice.
Si bien el escenario que enfrenta la temporada aún es incierto -los datos más claros estarán una vez llegado el Año Nuevo Chino el 15 de febrero-, Francisco Medina es optimista.
“El año pasado le di el palo al gato. Saqué la cosecha 7 días antes y no tuve problemas con la venta de la cereza. Espero que este año sea bueno igual, aunque con las restricciones por la pandemia nunca se sabe. Pero, pese a esta crisis sanitaria estamos con más fuerza que nunca, porque el que nace chicharra muere cantando. La verdad es que ni el tema de la pandemia, ni el tema gubernamental ha parado mi proyecto. Vamos con todo”, concluye.
Fuente: Campo Sureño
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