Buen panorama para el valor del trigo

Buen panorama para el valor del trigo

La fuerte sequía de Argentina y las dificultades en la siembra de Rusia, Ucrania y Estados Unidos mantienen fuerte el precio del cereal. La falta de lluvias primaverales podría disminuir la cosecha chilena. EDUARD MORAGA VÁSQUEZ

“En algunos casos, los rindes son tan bajos que no se van a cosechar y los agricultores los han utilizado para alimentar animales”.

Josefina Jolly

ANALISTA DE MERCADOS DE FYO DE ARGENTINA

El invierno no fue fácil para los trigueros de La Unión, en la Región de Los Ríos. Al igual que en el resto del sur del país, las lluvias fueron intensas. Los potreros se llenaron de agua y las siembras de trigo se pospusieron.

“Este invierno fue complicado, tuvimos que cambiar de tipo de trigo para sembrar. No fue posible hacerlo con las variedades de invierno y tuvimos que pasar a las de primavera, que tienen un potencial menor de producción. A muchos agricultores les pasó lo mismo. En Chile los rendimientos deberían ser menores para la próxima cosecha”, explica Patricio Avilés, productor de cereales de La Unión.

En todo caso, Avilés y sus colegas trigueros saben que no todo es tan negativo. Los precios del trigo han remontado bastante en 2020. Mientras que a principios de año el costo de internación de un quintal de hard red winter llegaba a $21.248, a fines de octubre se había encumbrado a $25.141, un aumento de 18,3%. Los primeros sorprendidos por esa trayectoria han sido los expertos, que apostaban a que este año el trigo estaría en niveles bajos debido a los altos stocks mundiales.

Aunque falta más de un mes para que comiencen a cosecharse los primeros trigos chilenos, los agricultores tienen un ojo puesto en los trigales y el otro en cómo evolucionan los mercados internacionales. Lo que pase con el trigo en los próximos meses marcará también la economía del agro sureño. El trigo sigue siendo el rey de los cultivos extensivos y para la temporada 2020-2021 se espera que la superficie llegue a 217.463 hectáreas, 6,06% más que la campaña anterior.

Tendencia al alza

Una de las grandes paradojas del estallido del coronavirus es que golpeó la actividad económica y, por ende, la demanda por la mayoría de los commodities, incluyendo los alimentarios. Sin embargo, el trigo ha corrido por un carril distinto este año.

Con las clausuras de las ciudades, las personas siguieron alimentándose, pero de una manera ligeramente diferente. El consumo de alimentos derivados del trigo, como el pan o las pastas, se activó en la medida que más personas pasaban más tiempo en sus casas. De hecho, las última ola que vive Europa ha vuelto a reforzar la demanda.

“Con la pandemia, los consumidores se volcaron a comprar productos de primera necesidad”, argumenta Josefina Jolly, analista de mercado de FyO, de Argentina.

Los gobiernos también han colaborado a sostener el precio del trigo. El objetivo de las autoridades de varios países ha sido asegurar stocks suficientes para alimentar a su población, limitando las salidas de las fronteras de la producción local o impulsando importaciones. Con volúmenes más pequeños de exportaciones que el maíz y la soya, el efecto de las políticas públicas es más expresivo en el trigo que en los otros commodities.

En las últimas semanas se agregaron también factores productivos del hemisferio norte. Las estimaciones de los analistas es que la región del Mar Negro, que incluye a Rusia y Ucrania, tendría una baja de 10% en la superficie sembrada de trigo invernal. La razón principal para esta baja sería la ausencia de lluvias.

Estados Unidos también aporta lo suyo. La falta de agua también se ha hecho sentir en la calidad de la siembra, lo que tendría impacto en el potencial de cosecha de 2021. “El último dato concreto que tenemos es que la superficie de trigo que se considera en el nivel de bueno a excelente está en 43%. Esa es una baja respecto del año pasado, en que las estimaciones para la misma fecha eran de 57% en la categoría de buena a excelente”, sostiene Sebastián Olivero, analista de mercados de INTL FCStone en Argentina.

En los últimos meses también se agregó el factor chino. Durante 2020, debido al conflicto comercial con Estados Unidos, los poderes compradores de ese país habían preferido resolver sus demandas de maíz y soya en Brasil y Argentina. La demanda fue tal que recientemente los exportadores brasileños dieron señales de que ya no podían seguir respondiendo a los requerimientos chinos. Debido a eso, los orientales volvieron a comprar de forma significativa soya y maíz en Estados Unidos. La demanda por esos commodities, debido a que comparten algunos usos, también terminó reforzando los precios del trigo.

Gran caída de Argentina

Al otro lado de la cordillera las noticias no son alentadoras para los trigueros argentinos. Las últimas proyecciones oficiales indican que la cosecha 2020-2021 se ubicará en torno a las 16,8 millones de toneladas. Esa cifra marca una caída de dos millones de toneladas respecto de la campaña pasada.

Lo que pasa en Argentina es relevante para Chile, pues es uno de los grandes proveedores de nuestro país.

La explicación de la caída que tendrían los trasandinos está en la extrema sequía que ha golpeado la zona centro norte del país. En zonas como Córdoba se proyectan bajas de hasta 63% en los rendimientos.

“En algunos casos, los rindes son tan bajos que no se van a cosechar y los agricultores los han utilizado para alimentar animales”, sostiene Josefina Jolly.

Solo el buen comportamiento de Buenos Aires y de la Pampa, más cerca del mar, permitirían amortiguar la caída triguera argentina.

En Chile el panorama productivo luce menos complicado que el argentino, pero también penaría la falta de agua, en este caso, principalmente primaveral. Aunque el inicio y la mitad del invierno fueron lluviosos, a partir de agosto las lluvias se espantaron, situación que se agudizó en septiembre y octubre.

“El clima ha estado difícil, seco de la carretera Panamericana hacia la costa, lo que estresa los trigos. Hacia la precordillera ha estado mejor, pero todavía estamos en un período en que pueden caer heladas”, sostiene Julio Oberg, asesor de cultivos anuales de La Araucanía.

Oberg agrega que aunque se esperan precios mejores para los agricultores que en la pasada cosecha, los costos han subido 14%, impulsados por el encarecimiento de los agroquímicos, los fertilizantes y la maquinaria importada.

$25.141 fue el costo de internación del quintal de trigo hard red winter a fines de octubre.

Fuente: Revista del Campo, El Mercurio 

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