Querellas por Ley de Seguridad Interior del Estado y división del gremio: las claves que terminaron con la movilización de camioneros

Fueron siete días de movilizaciones los que concluyeron ayer. Al menos por ahora, según afirmaron los dirigentes del gremio de los camioneros.

Las protestas que se iniciaron a las 00:00 horas del jueves pasado culminaron tras cerrarse un acuerdo con el Gobierno que incluyó una serie de medidas (ver dato clave) anunciadas por el Presidente Sebastián Piñera, quien señaló compartir las preocupaciones del gremio.

Pero el proceso estuvo marcado por cuestionamientos cruzados y una serie de desencuentros entre el Ejecutivo y los camioneros. En La Moneda afirman que si bien se compartían las peticiones del gremio para enfrentar el fenómeno de la violencia en La Araucanía, llegó un punto en que ya no se podía tolerar “la forma” en que se desarrollaba la manifestación, menos si ya se estaba poniendo en riesgo el abastecimiento en algunas regiones.

Las negociaciones “se tensionaron” el martes

El domingo las partes estuvieron cerca de lograr un acuerdo, pero la incertidumbre se extendió hasta el lunes, luego de que se rechazara la propuesta del Gobierno. Tras ello, La Moneda endureció el tono señalando que ejercería su autoridad y utilizaría las herramientas legales para enfrentar las concentraciones de camiones en las rutas, aunque no cerró la puerta al diálogo. Al día siguiente se retomaron las negociaciones, pero durante la tarde y entrada la noche las tratativas “se tensionaron”. Esto, según quienes conocieron el tenor de las conversaciones, porque la respuesta de los gremios comenzó a cambiar y se incluyeron nuevas peticiones de distintos dirigentes de otras regiones del país, fuera de la macrozona sur.

En ese escenario, en el Gobierno señalan que los dirigentes comenzaron a “retroceder en las peticiones”, respecto de puntos que ya estaban acordados, cuando ya se había logrado un consenso en torno a un 95% de las materias que se trataban. En ese momento, en el Ministerio del Interior advirtieron que las diferencias dentro del gremio que se habían manifestado días anteriores se hacían “evidentes”.

Y ejemplifican con que algunos dirigentes volvieron a solicitar que en la zona se decretara estado de sitio, cuando esa era “una discusión ya superada”. O la postura de los representantes de la Región de Valparaíso, que querían extender los beneficios decretados para la macrozona sur —respecto de los atentados de carácter terrorista— a su región, para cualquiera que fuera víctima de un delito violento, “lo que hacía imposible un acuerdo”, explican en La Moneda. Los negociadores del Ejecutivo sentían a esas alturas que “no había voluntad” de llegar a un acuerdo por parte de los camioneros.

Cambio de estrategia: se prepararon las querellas

Así, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, sostuvo esa noche de martes una videoconferencia con los intendentes de cuatro regiones: La Araucanía, Los Lagos, Biobío y Los Ríos, para que prepararan querellas por la Ley de Seguridad Interior del Estado, invocando el artículo 11, que apunta a aquellas movilizaciones que interrumpan los servicios básicos y causen desabastecimiento, ya que, de acuerdo con el Gobierno, “ese era el efecto más grave” que estaba produciendo el paro. La acción sería dirigida nominativamente a los dirigentes del gremio de esas regiones.

Ayer en la mañana, el escenario de las tratativas no había cambiado, por lo que el Ejecutivo decidió hacer pública su ofensiva judicial. En el Gobierno aseguran que esto produjo un “cambio de actitud” en los camioneros, que ante la posibilidad de enfrentar las acciones legales, habrían decidido aceptar las condiciones del Gobierno, las mismas que había puesto sobre la mesa el domingo.

Ocho borradores y las diferencias entre los camioneros

Fueron ocho borradores, más de uno por día de paro, los que intercambiaron el Ejecutivo y la comisión negociadora del gremio. Pero “siempre volvían igual, con un poco de ‘maquillaje'”, se quejaban los dirigentes de los camioneros. Entre ellos, ya se había instalado la desconfianza hacia los asesores del ministro del Interior, Víctor Pérez, por el “desconocimiento que mostraban de su actividad” y sentían que no le transmitían al secretario de Estado lo que en realidad conversaban en las reuniones.

Varios dirigentes coinciden en que el domingo fue el peor momento: ese día creyeron que el movimiento se podía quebrar, pues existían diferencias respecto de cómo el presidente de la confederación estaba conduciendo las negociaciones. Le reclamaron cierto tinte “pro-Gobierno”, escenario que se agravó tras la difusión de un video en que el directivo aseguraba que estaban prontos a tener buenas noticias. El registro sorprendió a los demás dirigentes, que no estaban enterados de los avances.

Y esa fue la última aparición pública del presidente de la confederación, quien desde entonces se enfocó exclusivamente en las tratativas, mientras las vocerías las asumía cada federación por separado.

El lunes, con las conversaciones “en cero”, los camioneros exigieron que fuera el ministro Pérez en persona quien encabezara el diálogo, y la noche del martes se estuvo nuevamente a punto de llegar a acuerdo. Fueron las diferencias, principalmente por el origen del petitorio —redactado por la Fedesur hace ya varios años, porque es la más golpeada por la violencia—, lo que terminó por romper la unidad.

“Apoyo a las víctimas de terrorismo”

Ayer, el Presidente Sebastián Piñera, en un punto de prensa, valoró el fin de la movilización, además de anunciar el paquete de medidas.

“El Gobierno se ha comprometido a impulsar un conjunto de medidas para mejorar la seguridad en carreteras de los transportistas y dar mayor apoyo a las víctimas de terrorismo”, dijo Piñera. En seguida, hizo un llamado al Congreso para acelerar la tramitación de la agenda de seguridad.

Fuente: El Mercurio