Temporada 2020-2021: Raps, con menos superficie y precios firmes

Hace un par de semanas, Patricio Avilés terminó de sembrar 117 hectáreas de raps en la Región de Los Ríos, una superficie similar a la que sembró el año pasado, ya que mantiene al cultivo como parte estable de su rotación.

Dice que fue una siembra complicada, porque las lluvias tardaron en llegar y luego se dieron en forma intermitente, por lo que tuvieron que hacerla en forma escalonada.

“Tuvimos un otoño seco, que atrasó el inicio de las siembras. Algunos productores sembraron en seco, pero cuando lo hemos hecho no hemos tenido buenas experiencias, porque afecta el control de malezas, y preferimos hacerlo después de la lluvia, por lo que la siembra también fue lenta”, comenta Patricio Avilés, gerente de Agrícola Avilés.

La falta de precipitaciones también atrasó la autorización para la quema de desechos por parte de la Conaf, lo que dio menos espacio para preparar los suelos.

Debido a estos elementos, además de los bajos rendimientos alcanzados en la campaña 2019-2020 y los precios atractivos que se esperan para los cereales que “compiten” con el raps, como la avena, en forma preliminar se estima que la superficie caerá más de 10% esta temporada, lo que agudizará la baja de 20% que registró en relación con la superficie de 2018-2019.

Precios firmes

Para hacer una estimación de cómo viene la temporada, el gerente agrícola de Empresas Agrotop, Max Boehmwald, hace un cálculo fino en base a reuniones con proveedores de semillas y la calidad de los productos que han vendido, según su peso, además de la modalidad con que los agricultores siembran, para obtener un panorama exacto de la disponibilidad de grano que tendrán para producir aceite.

En base a eso, asegura que la temporada anterior se sembraron unas 43 mil hectáreas de raps en Chile —por debajo de las 48.166 de la campaña 2018-2019, según los datos del INE— y que vendría una nueva caída para 2020-2021.

“Sin hacer todavía el análisis fino, creo que la caída será entre 10% y 12% respecto de las 44 mil hectáreas iniciales del año pasado, que terminaron en un total de 43.200 hectáreas debido a pérdidas que ocurren todos los años”, afirma.

El asesor agrícola de Molinos Gorbea, Rodrigo Delarze, coincide con la proyección a la baja de 10% para el raps, estimando que sumará 40 mil hectáreas, a pesar de los precios inéditos que se registraron este año.

“El alza se dio por el tipo de cambio y la menor superficie sembrada, porque hubo más competencia entre las industrias. En nuestro caso, los contratos estaban en el rango de $31 mil por quintal y en la cosecha se pagó unos $35 mil por quintal”, afirma, ya que Molinos Gorbea compra anualmente en torno a 60 mil toneladas de raps.

Como se prevé que la demanda por parte de las salmoneras seguirá fuerte y que el tipo de cambio continuará en niveles altos, sumado a una nueva caída de la superficie sembrada, la proyección es que los valores seguirán altos.

“Creo que el precio va a seguir firme, aunque es algo que se sabrá con certeza en ocho meses más, pero en la industria ya hay contratos con precios atractivos, que aseguran la rentabilidad para el cultivo”, dice Max Boehmwald.

Sin embargo, a nivel internacional ha caído el precio del aceite de soya en las últimas semanas —que incide en los precios del aceite de canola o raps—, por lo que el techo de precios dependerá del costo alternativo que tenga importar aceite, al igual que como ocurre con otros cultivos agrícolas.

Desencanto

Otro factor que juega en contra del raps son los bajos rendimientos de las últimas temporadas, lo que habría producido un desencanto por el cultivo.

“En la última temporada, los rendimientos desde Temuco al norte se vieron afectados, hubo una baja respecto de lo que se esperaba de acuerdo a cómo se veían en cuanto a vigor y sanidad… Un buen rendimiento sería obtener 45 quintales por hectárea, pero en Biobío y La Araucanía estuvieron entre 35 y 40 quintales, porque las lluvias de noviembre y diciembre, que son muy importantes para el llenado del grano, no llegaron”, asegura Rodrigo Delarze.

Max Boehmwald agrega que aun cuando ha tenido una buena rentabilidad respecto de otros años, los rendimientos más bajos que los esperados han desinflado las expectativas.

“El precio ha estado en niveles históricos, pero la expectativa de ganar $500 mil por hectárea quizás bajó a $300 mil, y eso ha aburrido a los agricultores, aunque es un cultivo que promueve mejores rendimientos para el que le siga en la rotación”, resalta.

Amenazas en La Araucanía

Si bien es un elemento que no determinará el resultado total de la siembra de raps, algunos productores de la zona norte de La Araucanía esta temporada decidieron no sembrar debido a amenazas que han recibido por parte de miembros de comunidades mapuches, lo que afectará el establecimiento del cultivo.

Un agricultor de la comuna de Victoria, que pide mantener su nombre en reserva y que en la última temporada sembró unas 100 hectáreas de raps, lamenta que este año no lo podrá hacer.

“Después de la cosecha, han venido varias veces a amenazar a los trabajadores y hay una zona importante de esta comuna con el mismo problema de hostigamiento y luego de usurpación de terrenos, por lo que no podré sembrar”, afirma.

Fuente: Revista del Campo, El Mercurio