Crece la incertidumbre en agricultores maulinos de arroz ante déficit hídrico

Crece la incertidumbre en agricultores maulinos de arroz ante déficit hídrico

El escenario no es el más propicio para los que cultivan este cereal, marcado por los bajos registros de precipitaciones y nieve acumulada registrados en la región desde el 2007, a lo que se suman una baja productividad.

La incertidumbre en cuanto a la seguridad de riego por parte de unos 300 agricultores de arroz en el Maule Sur, ha disminuido significativamente la superficie de siembra de este cereal en predios maulinos, hecho provocado por la espiral de caída pluviométrica experimentada de forma consecutiva durante la última década en la región.
Así lo confirmó el agroclimatólogo de la Universidad de Talca, Patricio González, tras un encuentro con arroceros maulinos, quienes le confirmaron el complejo escenario para los que se dedican a cultivar el cereal, tras un déficit hídrico en cuanto a los acumulados de agua y nieve en el Maule desde el 2007 a la fecha.


El académico afirmó que cuando de arroz se trata, el tema del agua es complicado, debido a que son dos los embalses que sostienen este tipo de cultivo: Bullileo de 60 millones de metros cúbicos, el cual cuenta con un déficit del 27%; mientras que el embalse Digua -de 225 millones de metros cúbicos- actualmente tiene un déficit cercano al 10%.


A esto se suma que la norma biométrica de los acumulados del vital líquido ha terminado por debajo de los pronósticos en los últimos once años, sumado al insuficiente acumulado de nieve, el cual ronda en un 40%, siendo un problema estructural en la región del Maule. “Obviamente el futuro pluviométrico en lo adelante se ve con mucha inestabilidad. De acuerdo al último informe del Comité Climático de las Naciones Unidas, el 2030 será critico en todos los climas mediterráneos, al cual correspondemos nosotros”, acotó González.
El agroclimatólogo de la UTALCA señaló -además- que el futuro del arroz demanda de una reingeniería en cuanto a abastecimiento de agua, donde las reservas subterráneas pudieran ser una de estas potenciales fuentes del vital elemento.

 

SEGÚN ESTUDIOS
En tal sentido, Roberto Jara, académico e Investigador del Departamento de Economía Agraria de la misma universidad, sostuvo que diversas investigaciones que incluyen modelos de simulación de cambios de temperatura a escala local, y otros basados en datos históricos de clima, rendimiento de cosechas y rentabilidad, indican que la productividad del arroz podría bajar entre un 3 y 5%, siendo un caso sumamente crítico debidio a su gran demanda de agua en relación a otros cereales.
Por su parte Felipe Valderrama, subgerente agrícola de la empresa Tucapel S.A., uno de los principales conglomerados a nivel nacional que cosecha este cereal en la región, confirma que el Maule contempla la mayor superficie de este cultivo, representando un 70% del total nacional.
Valderrama, de profesión ingeniero agrónomo, aseguró que esta incertidumbre no debería afectar a los arroceros que cultivan en los alrededores de la comuna del Parral, pues ellos alimentan sus cultivos mediante el agua acumulada en el embalse Digua, el cual está en su máxima capacidad, según el subgerente de Tucapel.
Con anterioridad, Fernando Medina, presidente de la Asociación Gremial Agrícola Central, advirtió que debido al escenario adverso, la superficie cultivada de este cereal se podría ver reducida hasta en un 20%, teniendo en cuenta que quienes cosechan, demandan de una necesaria seguridad de riego.

 

¿IMPOSIBLE LA
RECONVERSIÓN?
Sin embargo, lo más significativo -en opinión de Patricio González- es el hecho que los suelos que se utilizan para el cultivo de arroz, no pueden ser reconvertidos en un lapso de corto tiempo por su condición gredosa, que permite que el agua no se filtre con facilidad.
“En general, los suelos donde se produce arroz en el Maule dejan pocas alternativas rentables. Un eventual proceso de reconversión sería de mediano a largo plazo, con políticas que involucren alta inversión en tecnologías, acompañada de educación y extensión especializada”, subrayó Roberto Jara.
“No solamente se trataría de restructurar los suelos, sino que también demanda de la parte humana. por lo cual, cualquier reconversión significaría una perdida significativa”, apuntó Gonzáles.
El agroclimatólogo destacó que estos agricultores arroceros viven de esta estructura agraria, por lo que en caso de una reconversión, demandaría una recapacitación de personas que, por años, se han dedicado a este cultivo.


“Otro aspecto relevante es que en la zona arrocera del Maule existe una gran cantidad de pequeños agricultores que tienen limitaciones adicionales, como bajo capital de trabajo, limitaciones en acceso a crédito e información”, destacó Jara.

Fuente: Diario El Centro

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