Productores de avellanas ven a Italia como ejemplo a seguir

Productores de avellanas ven a Italia como ejemplo a seguir

Si hay un producto que está logrando un crecimiento interesante en el país ese es el avellano europeo. Según datos de la Frutícola Agrichile, este año ya hay un incremento de 16%, lo que llega a las 23 mil toneladas de producción.

Esta importante realidad está siendo analizada de buena manera por algunos productores locales, que ahora no solo están produciendo este fruto, sino que apuntan a darle valor agregado. Para ello, once agricultores de las comunas de Bulnes, Pinto, Coihueco y Los Ángeles realizaron una gira a Italia para conocer en terreno la tecnología que se utiliza, así como el trabajo por medio de cooperativas. Aparte de ello, el programa, que fue financiado por el Comité de Desarrollo Productivo Regional por un monto cercano a los $27 millones, permitió prospectar y conocer los avances tecnológicos como en la mecanización de cosechas, biosensores para medir variables nutricionales y generar valor agregado para nuevos productos.

OTRAS FORMAS

Patricio Sandoval, consultor particular de huertos de avellanos europeos y que formó parte de la gira, contó que los italianos hacen el proceso industrial antes de vender la fruta, la extraen, limpian y la descascaran previo al productor final. Aparte, como son predios muy pequeños, todo lo hacen a través de las cooperativas con inversión en maquinarias y el trabajo para llegar al producto final y, en ese sentido, "nos abrió los ojos en cuanto a que hoy otras formas de hacer las cosas".

Agregó que luego del viaje, una de las conclusiones que sacaron fue que muchos productores quieren seguir ampliándose con las plantaciones, pues no solo es venta de avellanas y producciones de fruta, sino que hay un camino más largo que se puede recorrer.

A su vez, Gloria García, gerente de la consultora Terra Noble, a cargo de la implementación de la misión, relató que en Italia los productores regionales lograron conocer el manejo agronómico que tienen los huertos de avellano europeo, "asumir las diferencias competitivas y la falta de mano de obra especializada, así como la implementación de nuevos productos, tales como snacks saludables o chocolates".

Es por eso que indicó que quedaron más que conformes con los resultados obtenidos tras visitar huertos orgánicos, viveros, fábricas de maquinarias, chocolaterías y tener reuniones en la Universidad de Perugia. Ahora todos los participantes quieren seguir avanzando hacia la asociatividad, ya que el ejemplo italiano tiene su base en las cooperativas, para compras y comercialización mayores a esfuerzos individuales aislados.

Sostuvo que los huertos en ese país son todos automatizados, dirigidos principalmente por dos personas, lo que refleja que acá hace falta mano de obra especializada y esa es la brecha que debe resolverse.

El avellano europeo en Chile se está entregando a granel a una gran empresa, que la gran compradora, pero en Italia se le da un valor agregado.

MODELO DISTINTO

El empresario vitivinícola Enzo Pandolfi también tiene 30 hectáreas de avellanos, cuya gran parte de la producción la vende a Agrichile, comentó que es importante que los productores tomen parte de estas giras y así entiendan como funcionan en otros lados, sin dejar de lado que el caso de Italia el modelo de cómo operan es totalmente distinto al que opera en Chile.

"En ese país europeo el modelo de negocios es muy distinto al chileno, pues ellos no conciben vender la avellana con cáscara, sino pelada y procesada, aparte de que son mucho más pequeños, pero que siempre es importante conocerla", apuntó.

En ese sentido, cree que sería ideal aplicar en el país el sistema de cooperativas, pero el tema es hacer que funcione, pues uno de los problemas que tienen los chilenos es la desconfianza y estas asociaciones requieren determinación.

Sin embargo, aprecia que, por ejemplo, por varios instrumentos que tiene Corfo y ProChile, los productores pueden empezar a conocerse para eventualmente terminar en modelos de negocios como una sociedad. "Siempre cuando me han preguntado por los Grupos de Transferencia Tecnológica, dijo que es una muy buena primera instancia, porque más que reunirse y mostrar lo que uno hace, además de recibir capacitación, permite que cada uno conozca las realidades de cada uno de los productores que hace los mismo que el resto, pero de forma distinta y se logra una labor en común", planteó.

Fuente: El Sur

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